Bocata di cardinale. Poesía hecha prosa. Sin duda, uno de esos pocos libros que dejan huella en mi acervo como lector.
Estamos ante la conmovedora relación entre Tom Watts, Ojos Saltones, y la pequeña Matilda, así como su iniciático viaje por la literatura y la imaginación como tablas de salvación frente a la espantosa realidad que les rodea. "... nos había enseñado a todos nosotros, los niños, que nuestra voz (-se refiere a la voz interior, la conciencia, la imaginación-) era especial, y deberíamos recordarlo siempre que la usásemos, y tener siempre en mente que al margen de lo que nos pasara en la vida, nunca podrían arrebatárnosla."
A diferencia de "Firmin", no es un libro sobre la literatura sino sobre la capacidad del ser humano para abstraerse y superar la oscuridad que les atenaza, creando un mundo paralelo que les permita respirar. Algunos lo consiguen con la bebida, otros como Matida con un libro.