"Hay dos clases de animales en este mundo: los que poseen el don del lenguaje y los que no lo poseen. Los animales que poseen el don del lenguaje se dividen, a su vez en dos tipos: los que hablan y los que escuchan. La mayor parte de estos últimos la constituyen los perros."
Existe un subgénero literario que ensalza las virtudes de la lectura y la superioridad del lector, especialmente del empedernido, frente al resto de seres humanos. La lectura redime al ser humano de una vida rastrera y anodina. Sólo los libros puedan salvarte de una vida destinada a engullir y fornicar.
Firmin, nacido rata, de una madre alcoholizada, se diferencia de sus congéneres gracias a la lectura. Devorar ("1.tr. Dicho de un animal:comer su presa") libros abre su mente y le inicia en la lectura, para acabar devorando ("5.tr.Consagrar atención ávida a algo") cualquier letra escrita. Es un libro sobre la marginación y la soledad encarnada por una rata con alma humana o un humano con cuerpo de rata. Imposibilitado para cualquier relación con quienes considera sus iguales, vive su solitaria existencia pendiente de cualquier gesto de un librero de ocasión o del mejor escritor marciano en la Tierra. Sólo la lectura y la pornografía alivian tan desolador paraje.
Las primeras páginas del libro son un auténtico tratado sobre el análisis literario. Es la síntesis perfecta sobre la importancia y la esclavitud de la primera frase de un libro, sobre la dificultad que supone acertar en esa primera página y sobre la dificultad añadida que supone el mantener el nivel de la obra una vez encontrado ese principio perfecto.
Todos los que la han leído coinciden en algo: en la magistralidad de su principio. Después, divergen. Una mayoría habla maravillas de la obra, pero para una minoría pierde interés a medida que pasan las páginas. Ni tanto, ni tan poco.
sábado, 7 de junio de 2008
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